Belleza
Limpio el cristal de mis ojos,
lavo el crisol de la mente
purifico el corazón y me agarro
cuando rugen las emociones
y se encrespa la sangre.
Salgo al balcón de mis párpados
y observo la belleza del día,
miro la luz pintando colores
y la sombra dando formas:
bajo las nubes sobre montañas.
Miro el mundo y observo la belleza
como un hilo de luz y sombra
que todo lo teje en su misericordia.
Miro el mundo y me reconozco en él.
Es lo que no veo tras el velo de un parpadeo,
en el silencio donde existo.
Franjamares, octubre 2012
Urgente…
¿Es lo urgente tempo musical del mundo civilizado
en que vivimos?
Tal música suena más bien a sincopado ruido,
a lo civilizado se le ha secado la raíz
y esa urgencia no es más que el ansia
de un deseo maquinal y postizo,
que es siendo creado en perjuicio propio;
bien urdido, eso sí, aderezado en nuestra mente
con educandos y prejuicios,
zanahoria (detrás de otra) que de un palo
a su frente lleva el asno,
motivo de estreses y prisas, sin la que muchos,
casi todos, ya ni vivir podríamos.
Y por la que, pura filigrana de locura,
vendiendo el alma a precio,
firmamos deudas para nosotros,
y también para los que vengan.
¿Acaso es eso vivir?
¿Acaso no es la mayor urgencia de la vida
recordar quién eres,
frenar esos impulsos que te manejan cual pataco
en una identidad que no te corresponde?
¿Acaso no es mejor vivir el momento
con la única urgencia de la propia experiencia,
que deviene en mansedumbre
ante la grandeza de lo creado?
Todo eso tan urgente, sin importancia,
no parece sino acto de vanidad y soberbia,
que lleva a su actor a perderse la esencia de la vida,
acuciado en las premuras de un futuro alienador, ilusorio… y con mortaja.
Franjamares, octubre 2012
¡Que hermoso!
Te invito a que visites mi blog, creo que podrías encontrar cosas interesantes (tal como yo las he encontrado en este blog, jeje)
http://otrolapiz.wordpress.com/
¡Gracias!
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