La duda


A sus 87 años, escuchaba con una mezcla de asombro y admiración lo que se decía de él mismo en aquel, el primer y presumiblemente último homenaje que se le rendía en su vida. ¿Realmente era él como esas personas decían? ¿Altruista creador, desprendido y cariñoso? Julio se preguntaba si alguno de sus diversos yoes correspondería sin duda con esa imagen de sí mismo que en boca de otros le resultaba extraña.
Aún más, en un alarde de pensamiento alocado muy frecuente ya a sus años pensaba incluso si alguno de nosotros será como nos ven los demás. O como nos vemos nosotros mismos. Porque nosotros ¿nos vemos o nos sentimos?
Empeñados en buscar verdades y razones para vivir ¿nos preocupamos alguna vez de buscar dentro de nosotros mismos? Había amado claro que sí, o al menos eso pensaba. Sin embargo hay siempre en nosotros zonas de luz y zonas de sombra.
Después de toda una vida, había logrado descubrir que es posible volar. Tan alto como uno mismo se proponga; pero para poder levantarnos del suelo es necesario despojarse de la pesada carga de la costumbre, el dogmatismo, la intransigencia, la intolerancia,;es necesario dejar que nos penetre la vida y entonces, como los místicos de antaño, sin saber cómo , nuestros pies se levantan del suelo y nuestra alma vuela. Si antes hemos comprendido que es grande el amor que sientes hacia tus hijos, carne de tu carne, pero que es igual a la que cualquier padre del mundo siente hacia sus propios hijos. Tus hijos, sus hijos y todos los hijos del mundo son fruto de la misma vida. Tu dolor y tu alegría son iguales a la mía.
El auditorio aplaude porque el interlocutor acaba de terminar su discurso. Y Julio ha dejado vagar sus pensamientos y no se ha enterado de nada. Mejor. Porque hay algo de oscuridad en el hombre claro y algo de luz en el oscuro, si definitivamente no hemos enfermado de odio, temor, apatía o abandono.

Begoña Ramírez, Tertulia Entrelineas, Nerja (Málaga)

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2 respuestas a La duda

  1. nelygarcia dijo:

    http://nelygarcia.wordpress.com. El cambio en nosotros mismos, sería la solución para los problemas del universo y el saber quien somos, sería el primer paso, ¿qué soy?, un sueño, una idea, una ilusión, un reflejo; si pudiéramos identificarnos con alguno de esos posibles, el mundo lo veríamos con otro prisma y los problemas conocidos desaparecerían. ¿Habría otros?.

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    • franjamares dijo:

      Como primer paso (pienso) que siempre es bueno hacerse preguntas.
      Al menos así rompemos la inercia que nos lleva a actuar y pensar siempre
      lo mismo.Otra cosa es encontrar las respuestas.
      Un saludo y gracias por tu comentario.
      Begoña.

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